¿Cuántas veces se ha soñado con tener superpoderes, como volar, teletransportarse o leer las mentes? Mientras en los cómics dichos poderes salvan universos, en la vida real existe una fuerza aún más determinante: la amistad. Para un niño en la etapa de infancia media, contar con un amigo genuino va más allá de tener un compañero de juegos; significa encontrar a alguien que le brinde la sensación de ser escuchado, validado y comprendido. Este vínculo propicia el aprendizaje de compartir, disculparse y ponerse en el lugar del otro, constituyéndose en una herramienta crucial para el crecimiento emocional. En Fundación Operación Infancia se observa este fenómeno cada semana: un pequeño gesto, como invitar a un niño tímido a acercarse o escuchar a una niña que ha vivido situaciones difíciles, se transforma en un acto reparador y lleno de dignidad. Diversos estudios avalan que mantener relaciones afectivas positivas desde temprana edad impacta directamente en la salud mental, el bienestar y la resiliencia, e inclusive, en la esperanza de vida. Los voluntarios de la fundación, conscientes de esta realidad, utilizan el juego para crear espacios de cuidado, confianza y compañía. En el marco de la celebración del Día de la Amistad, se reafirma que cultivar relaciones sinceras en la niñez es una estrategia poderosa para construir un sentido de pertenencia y estabilidad emocional. Tal como lo expresa Nicolás Acevedo, Director Ejecutivo de Fundación Operación Infancia, los héroes verdaderos no necesitan capa ni poderes sobrenaturales; a veces basta con sentarse al lado de alguien y preguntar: “¿Quieres jugar conmigo?”
Autor: Roberto Sánchez