En la Región de Los Lagos, el pasado 16 de diciembre de 2025, el Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia dictaminó la suspensión temporal, por 30 días, del ingreso de residuos a la planta operada por Zerocorp, empresa dedicada al tratamiento de desechos de la industria salmonera. Esta decisión judicial surgió a raíz de más de 80 denuncias documentadas por la Superintendencia del Medio Ambiente en los últimos tres años, en las que se evidenciaban vertidos en esteros naturales, deterioro en el sistema de agua potable rural y olores persistentes que han afectado la calidad de vida en Crucero, comunidad donde radican numerosos vecinos de Purranque.
Una destacada voz en esta lucha es la de Mirna Fontealba Cárdenas, residente cuya propiedad colinda con la instalación. Con 20 años de experiencia en el sistema de salud, particularmente en el CESFAM de Purranque, Fontealba ha denunciado que la problemática va más allá del manejo inadecuado de residuos; enfatiza el inadecuado emplazamiento de la planta, ubicada a escasa distancia de viviendas, un colegio y servicios estatales, situación que la ha forzado a vivir entre el deterioro ambiental y el riesgo de incendios. En sus declaraciones, la afectada manifestó que un estero colindante ha quedado irreparablemente dañado por la descarga directa de lodos pesados procedentes de la planta, lo que ha generado preocupación tanto en adultos como en niños, afectando incluso la operatividad de la Posta de Salud Rural.
El relato de Fontealba también destaca episodios críticos ocurridos el año anterior, en los que se registraron focos de incendio en la planta. La acumulación de compost y la generación de gases con el calor han inducido incendios que provocaron la quema de pastizales, incrementando el temor constante entre los vecinos. La comunidad, cansada de largos años de incertidumbre, se ha mostrado dispuesta a emprender acciones más contundentes, tras haber agotado diálogos con la empresa sin lograr avances significativos. La ausencia de participación ciudadana en el otorgamiento del permiso de construcción y la débil respuesta de las autoridades han marcado el desarrollo de este conflicto, que ha dejado a los residentes confinados y con una creciente incertidumbre sobre su entorno.
La situación actual en Crucero evidencia un creciente desencanto ante las medidas adoptadas por las autoridades ambientales, calificadas por algunos como mediocres, y plantea una urgente necesidad de reubicar actividades industriales de alto riesgo lejos de zonas habitadas, para preservar la salud pública y el medioambiente.
Autor: Jorge Rojas
